jueves, 23 de abril de 2015

El "Templo de Rosalila" Copan, Honduras

El Templo de Rosalia fue construido por el décimo gobernante de la dinastía maya Luna Jaguar, en el año 571 d.C.  La planta del templo es de una superficie de 18.5 por 12.5 m. La altura es de 14 m. Se compone de tres niveles. El nivel más bajo se compone de cuatro cuartos, largos y angostos, y solamente cruzando los tres primeros se puede llegar al cuarto central. En la parte externa destaca el Vucub Caquix, identificado como pájaro celestial. El templo está pintado en colores verde, rojo y amarillo. 
 
El templo fue ubicado sobre una pirámide tarraceado de tres metros de alto, bautizada como “Azul”, que tiene unos 20 metros de alto con graderías al oeste, que se relaciona con el mundo de los muertos, por donde el sol moría diariamente. En la gradería principal hay siete gradas y el peldaño quinto tiene una fecha jeroglífica de dedicación: 21 de febrero del año 571 d.C. De ahí es que se adjudica su edificación al gobernante Luna Jaguar.
El templo debido a su importancia fue sepultado en su totalidad, por debajo de uno nuevo que es conocido como Pirámide 16. El veintitrés de junio del año 1989, el Templo de Rosalila, fue descubierto por el arqueólogo Ricardo Agurcia Fasquell, quien a través de una serie de túneles pudo apreciar los frisos estucado y policromos de un color rosa lila,  de ahí que deriva su nombre de Templo de Rosalila, además que sigue un sistema de nomenclatura establecido en el Proyecto Tikal.

En el proceso de sepultura del Templo de Rosalila, los cuartos, molduras y nichos se rellenaron con mucho cuidado con lodo y piedra, mientras que los paneles trabajados en estuco los cubrieron con una capa gruesa de mortero blanco. Este mortero protege aun las numerosas capas de pintura original de Rosalila.  Los sistemas de relleno permitieron la conservación completa, lo que contribuyo durante su exploración en el descubrimiento de una serie de ofrendas. Basta solo por mencionar como dentro de estos espacios sagrados, los mayas a medida que lo iban enterrando, colocaban ofrendas en los cuartos del primer nivel.
La función del Templo de Rosalila se ha inferido a través de las evidencias que se muestran en el interior de los cuartos, que por estar cubiertas con hollín, se presupone que el uso de quema de incienso y antorchas, humo las paredes y techos.  En el interior también se descubrieron siete incensarios de barro con carbón todavía adentro. Dos de estos estaban sobre pedestales de jaguar esculpidos en piedra. Se recuperaron ofrendas de cuchillos de pedernal presuntamente para sacrificios, y nueve excéntricos de pedernal envueltos en restos de una bolsa de tela de un color azul, joyería tallada en jade, conchas de mar, espinas de manta raya (perforadores para ritos de sangrado), vértebras de tiburón, uñas de jaguar y restos de pétalos de flores y de agujas de pino. Es probable que el Templo de Rosalila, funcionara como un santuario para la realización de ceremonias que incluso tenían que ver con el fundador de Copan, el K'inich Yax K'uk' Mo'.  Lo anterior inferido por las expresiones cosmogónicas relacionados con el Dios Sol, K’inich Ahau, que se ha considerado el patrón divino de los reyes mayas,  e influyo en los primeros gobernantes de Copan.

En el actual Museo de la Escultura de Copan hay una reproducción de escala natural del templo. Se puede apreciar la monumentalidad, grado de ornamentación que se incorporan a los elementos arquitectónicos y decoración pictórica de los mismos.

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