De pronto un freno
repentino, ya sabía del lugar pero no lo ubicaba muy bien, pero mi esposa al
ver la fachada del museo arqueológico e histórico de Chupicuaro me hizo parar
el carro repentinamente. La fachada tiene una gran
vasija réplica del preclásico. En el interior el encargado muy amable nos
invita a pasar y nos prende la luz para poder ver mejor las obras arqueológicas
e históricas que se exhiben.
Hay una introducción
del sitio de Chupicuaro, donde se habían recuperado entierros humanos, vasijas
y evidencias de ocupación preclásica. Una foto que sobresale es la del famoso
arqueólogo Román Piña Chan quien visitó el lugar por ahí de la década delos
40´, y escribió que la gente de Chupicuaro: ”fueron agricultores que vivían en jacales de materiales perecederos, a
lo largo del río, formando una aldea rural bien extendida, llegaron a construir
bajas plataformas revestidas de piedra y con pisos de lodo, a veces agrupadas
entre sí, sobre las cuales se levantaban las chozas. Cultivaban el maíz, el
fríjol y la calabaza, aprovechando las márgenes del río Lerma y sus afluentes,
lo mismo que las colinas cercanas, y la presencia de metates y algunos
molcajetes de piedra, nos indican que molían el maíz, y que pudieron contar con
chile y tomates silvestres, a la vez practicaron la caza, la pesca y la
recolección de productos silvestres” (Piña Chán, 1967:263)[1].
Se continua por un pasillo
donde hay evidencias de restos de maegafauna y después una pieza que no
corresponde al preclásico, se trata de una pieza trabajada en piedra como si
quieran reproducir un Tlahuixcalpantecutli, hay varios arqueólogos que al pasar
por el museo se percatan que no pertenece al Preclásico, sin embargo es evidencia
de ocupaciones posteriores durante el Postclásico Temprano (900- 1150 d.C.). Esta información fue comunicada por Otto
Schöndube a los responsables del museo,
quien en alguna ocasión leí en un texto que la cultura olmeca se ha considerado
la madre de algunas, pero la de Chupicuaro es el padre.
En la planta inferior hay un
largo corredor donde hay múltiples vasijas trípodes, cajetes, cuencos, ollas,
de silueta compuesta, hemisféricas, arriñonadas, entre otros que están
ricamente pintadas en una policromía geométrica en su mayoría pertenecientes por
su temporalidad entre 500 a.C. a 300 d.C., aunque algunos autores sugieren que
es más antigua hasta 800 a. C. De forma paralela se puede apreciar cráneos
trofeo, puntas de obsidiana, metates y manos de metate, figurillas, orejeras,
ornamentos de concha, collares y cuentas, herramientas de hueso e instrumentos
musicales, malacates y otros objetos que evidencian una forma de vida aldeana
con tradiciones en el conocimiento del trabajo de textil, piedra, cerámica y
hueso. La importancia de la cultura de Chupicuaro en cuanto a su influencia en
Mesoamérica se ha podido documentar en los Estados de Guanajuato, Michoacán,
Guerrero, Estado de México, Hidalgo, Colima, Nayarit, Querétaro y Zacatecas. En
especial el sitio Chupícuaro facilitó la expansión hacia el norte, de elementos
mesoamericanos, y que constituirían las raíces culturales del Occidente de
México y tal vez del Noroeste, comparable, a decir de Jiménez Moreno, con la
Cultura Olmeca en el resto de Mesoamérica (1959:1043).
La planta alta tiene
documentos y objetos de diversas épocas tanto de la colonia, independencia,
revolución y época moderna. Un auditorio
en muy buen estado se encuentra en esta segunda planta donde se nos informó que
los principales arqueólogos que han trabajado en el área han presentado
diversas conferencias para el público en general. El museo está abierto de martes a viernes de
las 9:00 a las 17:00 horas, es digno de conocerlo ya que el pueblo de
Chupicuaro viejo se encuentra por debajo de la presa que esta al noroeste. Hoy lo que se logró recuperar se puede
apreciar en este gran museo.
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