lunes, 5 de enero de 2015

Los tamales tarascos

Fray Bernardino de Sahagún en su obra histórica sobre la Nueva España nos narra un platillo que era común para los grupos indígenas y que consistía en maíz cocido con sus propias hojas, llamado tamal. 

Los tamales eran usados en diferentes ritos funerarios y esta costumbre todavía perdura cuando entre el 1º y 2º de noviembre forman parte de la ofrenda. Los tamales difieren dependiendo donde nos encontremos en la republica mexicana y estos se convierten en un suculento platillo. En Michoacán, por la región tarasca hay de dos tipos que no debemos dejar pasar.

El primero corresponde a las esponjadas corundas. Lo usual se preparan sólo con masa de maíz y manteca de cerdo; se envuelven en la hoja de la planta del maíz, no de la mazorca, en forma de pequeñas bolas que, al apretarse y cocerse, adoptan una figura geométrica de cuatro caras triangulares y cuatro picos. Se sirven varias corundas en un plato y se les baña con salsa de jitomate picosa y crema y se les puede poner encima carne de puerco; también se acostumbra comerlas con frijoles, jocoque y salsa; pueden llevar asimismo queso.
 
 

En segundo tipo de tamal son los uchepos, que son unos pequeños tamales en hoja de elote, dulces por ser precisamente de elote tierno, que pueden hacerse con leche o con agua y lo más usual es condimentarlos con canela. Se pueden comer bañados con mantequilla y con rajas de chile poblano a un lado.

Hay otros tamales de la meseta tarasca que son los de zarzamora, y también hacen tamales tontos sin cernir, tamales de chía o zapatas, tamales agrios rellenos de frijol y queso, fritos o en sopa aguada, nacatamales y tamales tarascos de maíz y frijol con charales.

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