domingo, 28 de diciembre de 2014

El Ixtépete investigarlo, conservarlo y protegerlo

-“No se puede tomar fotografías”. Se me dijo, que no se podía tomar fotografías en un monumento que se estaba usando para hacer una ceremonia y supuesta meditación, a la vez que quemaban copal e incienso encima de esta y tirando las cenizas en el núcleo de la estructura.  Al ver esta situación y el estado en que se encontraba la zona, pensé, si realmente quieren contribuir con su pasado, porque no se ponen a levantar la basura (en abundancia), prendas femeninas y hasta condones que hay alrededor de los monumentos de Ixtepete. Pero bueno, esta página no es para denunciar sino para dar a conocer lo que nos depara como caminantes.

Desafortunadamente la zona es demasiado grande rodeada por la mancha conurbada de Guadalajara-Zapopan, la malla no es suficiente y se utiliza como área de paso entre la avenida principal y las comunidades que se encuentran en su lado oriente.  Hay mucha basura originada por los propios visitantes y como mencione se usa para ceremonias que considero no tienen el permiso del INAH.  Esta situación, sin la falta de custodios, hace que los monumentos estén en riesgo ya que incluso se encuentran grafiteados.   No podemos considerar que este estado se deba a la falta de recursos, de personal, de investigadores, sino de una mala planeación y falta de capacidad por proyectar que queremos dejar expuesto y para que, a su vez diseñar estrategias de vinculación y administración para el mejor aprovechamiento del sitio que tiene todo un potencial y que lo sabemos a través de años de investigación.  Solo nos falta iniciativa y actitud positiva para emprender un proyecto de carácter monumental. De todos modos si te interesa conocerlo El Ixtépete está situado a unos tres kilómetros del cerro del Colli, en la Prolongación de la Avenida Mariano Otero y su cruce con el Periférico, en el municipio de Zapopan.

El Ixtepete ha arrojado datos interesantes sobre el desarrollo de los asentamientos humanos de esta región.  Recuerdo las clases que nos daban sobre el Occidente donde se me decía que no tenían mucho que ofrecer y de alguna forma se vieron marginadas y opacadas por las culturas que se desarrolaron en el Altiplano Central e incluso Zona Maya.  Pero también recuerdo lo que decía Ottom Shumbe, de que la cultura madre si bien podría ser  los Olmecas, la cultura padre seria las culturas que se desarrollaron en el Occidente.

El Ixtepete muestra un grado de complejidad. El Ixtépete se ubica entre el año 650 y 750 d.C. Este importante asentamiento arqueológico comprende una superficie aproximada de 6 hectáreas, sólo considerando las estructuras mayores. Al parecer, estaba rodeada de complejos habitacionales y áreas destinadas al cultivo del maíz y frijol, e inclusive, a las inhumaciones. Lo que actualmente se observa es un centro ceremonial y un conjunto habitacional para personajes principales.
En la zona central se encuentran basamentos, plataformas, plazas y habitaciones. El basamento mayor está provisto de tablero y cornisa, estilo «teotihuacano». La pirámide central de esta zona tiene dimensiones de 44 por 36 metros, con una altura de 6 metros.

La pirámide presenta cinco superposiciones o estratificaciones temporales. Por lo general, los muros en talud son de piedra aglutinada con barro, en tanto que los tableros son de adobe, también empleado en la escalinata. Es pues un gran núcleo de tierra recubierto con piedras unidas con barro, las que no siempre eran talladas, sin embargo, el antiguo constructor buscaba que la superficie más plana quedara hacia el exterior.
El Ixtépete es sin duda uno de nuestros vestigios arqueológicos más importantes, no sólo por lo que se conserva, sino porque nos muestra una cultura que tenía una arquitectura bien definida, y que guarda por cierto una estrecha relación con los descubrimientos hechos en otras zonas, como la de «El Grillo», las tumbas de tiro en Tabachines, y algunos vestigios encontrados en el área residencial de Ciudad Bugambilias. Así que Jalisciense, no contribuyas en convertirlo en un basurero, mejor disfrútalo con tu familia y retira lo que lleves.




 

jueves, 25 de diciembre de 2014

Monte Escobedo, Zacatecas. En las alturas se observa Águila Real

Monte Escobedo obtuvo su nombre de Monte por estar en una zona bastante boscosa y Escobedo en honor a los señores fundadores de la Hacienda de Santa Teresa  a la cual pertenecía este territorio. Antiguamente se llamó San Andrés del Astillero. El Municipio se localiza al suroeste del estado de Zacatecas. Limita al norte con Municipio de Valparaíso Zac. Al sur con Totatiche Jal. Al oriente por Huejucar Jal y Tepetongo Zac. Al poniente por Mezquitic Jal. Noreste Jerez y Susticacan Zac. Sureste por Colotlan.

En el escudo de Monte Escobedo nos remite a parte de su historia como la leyenda de su fundación por la aparición de la Virgen Purísima Concepción en un árbol. Hay también representaciones de lo que era el bosque y que actualmente en la parte del monte se puede apreciar. Hay una vaca que representa el esplendor de la ganadería y hay una representación de Águila Real que todavía son vistas en el área.
Hay pocos trabajos arqueológicos en el área, pero todavía se han hecho algunos descubrimientos fortuitos como puntas de flecha, morteros, metates y manos de piedra. Hay también reportes de descubrimiento de entierros humanos que portaban una máscara.  Estos descubiertos al interior de construcciones circulares que compartían un área de culto común.  Entre las cañadas hay pinturas rupestres con representaciones de animales locales como el venado cola blanca, jabalí, lagartijas y elementos celestes como sol y luna.  Los pocos asentamientos se encuentran en la cima de las montañas asociados con áreas de manantial. Se reportan tres lugares principales de ocupación prehispánica que corresponden a El Peñol, Cumbre de Caballerías y Los Cedros.

Los Huachichiles considerados los ancestros de los Huicholes eran quienes se asentaron temporalmente en el área, que pasaban por Monte Escobedo rumbo a San Luis Potosí en búsqueda del peyote y que actualmente es usado para ceremonias muy especiales de índole religioso. Los Huachichiles  eran parte de los pueblos chichimecas, hablaban una lengua perteneciente a la familia corachol, de las lenguas uto-aztecas. La mayoría de su territorio quedaba en lo que ahora queda dentro de los estados de Zacatecas, San Luis Potosí y sur de Coahuila, pero también ocupaban partes en el norte de Jalisco. Huachichiles es un vocablo náhuatl (kwačīčīl-) que significa gorrión; de cuáitl, cabeza y chichiltic, cosa colorada o bermeja. Se les llamó así porque con frecuencia se pintaban la cabeza de colorado; había algunos que usaban unos bonetes puntiagudos de cuero colorado que les daban apariencia de gorrión.
La historia de Monte Escobedo es pobre y lo que se conoce es a través de los adultos quienes nos contaron sobre la revolución, la cristiandad y el poder de las Haciendas. Desde la Colonia los nuevos migrantes españolizados hicieron de Mote Escobedo una zona de descanso y trabajo.  La intrusión de ganado favoreció la aparición de algunas Haciendas.  En la Revolución Mexicana las Haciendas fueron motivo de asaltos y de ahí surgieron con el tiempo leyendas sobre tesoros que fueron enterrados y que jamás se descubrieron. Hay muchos buscadores de monedas y coleccionistas de cosas raras que se suelen descubrir en este tipo de casas que todavía están en buen estado de conservación.

Una  de las principales batallas que suscitaron entre cardenistas y villistas fue el 2 de mayo de 1916 en la Hacienda de Santa Teresa  llevándose los prisioneros de boca que encontraron en la localidad. Allí fueron atacados por los Villistas que durante 4 días intentaron quebrantar la resistencia no habiendo logrado se retiraron en franca derrota. Se sabe que algunos religiosos por el año 1926, entre ellos el Padre  Herculano Cabral de Adjuntas del Refugio y el Padre Buenaventura Montoya originario del Rancho San Bartolo, se unieron a los villistas.

Hay mucho por descubrir y conocer. Sus áreas naturales; restos culturales prehispánicos, coloniales  e históricos; su gastronomía; su gente y su modo de vida. Estamos a un paso de poder iniciar una aventura a lo desconocido para que este sea conocido. Nos veremos en algún otro momento.













 





miércoles, 24 de diciembre de 2014

La Pinacoteca Virreinal, en la villa de Guadalupe, Zacatecas


En una construcción del siglo XVIII, destinado como seminario, pero después sirvió como hospicio fundado en 1707 por los Franciscanos, en especial Fray Antonio Margil de Jesús.  Hoy es ahí donde se encuentra La Pinacoteca Virreinal. Para llegar a esta, hay que ir a la villa de Guadalupe, Zacatecas.

Guadalupe es la cabecera del Municipio de Guadalupe y con la ciudad de Zacatecas forma una Zona metropolitana, la más poblada del Estado. En agosto de 2010, fue inscrito el Camino Real de Tierra Adentro por la UNESCO en la lista del Patrimonio Mundial, siendo el ex Colegio Apostólico de Propaganda Fide de Nuestra Señora de Guadalupe.

La estructura es de una gran sencillez, con espaciosos corredores abovedados. El santuario anexo es representativo del barroco popular de finales de la Colonia, y su torre más esbelta es obra de Refugio Reyes, célebre arquitecto zacatecano que también ejecutó la decoración de la Capilla de Nápoles. El acceso tiene cinco amplios arcos apoyados en esbeltas columnas dobles, construidas en un lapso de los años de 1876 a 1878. Esta parte representa  la vocación ecléctica de la época, representada en el arte de Refugio Reyes. 

El acervo que se muestra en La Pinacoteca Virreinal de villa de Guadalupe, Zacatecas es un acervo cultural que los Franciscanos del Colegio de Propaganda FIDE de Nuestra Señora de Guadalupe, el colegio de propagación de fe más importante de América, lograron atesorar desde el siglo XVIII hasta principios del XX. En 1908 se suprimió el Colegio por un Bula Papal y quedó clausurado hasta 1917 cuando abrió sus puertas como Museo de Antigüedades del Ex-Convento de Guadalupe, quedando a su cargo el pintor zacatecano Manuel Pastrana. Esto lo convirtió en el primer museo del Estado de Zacatecas. Declarado Monumento Nacional en 1939, depende ahora del INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia).

El museo conserva su aspecto original y cuenta con 27 salas de exhibición permanente dispuestas a lo largo de dos secciones principales: el Museo Histórico, que evoca el entorno conventual de los espacios habitados por los frailes (oratorio, celdas, claustro, coro,etc.) y la Pinacoteca, la cual presenta una de las colecciones más importantes del Barroco (XVII y XVIII) y de la pintura en México (XIX y XX) con obras de Antonio de Torres, Gabriel José de Ovalle y Miguel Cabrera entre otros.
Los claustros alto y bajo, están respectivamente cubiertos con pinturas sobre la Pasión de Cristo y la vida de San Francisco de Asís. En la biblioteca se conservan 10,000 valiosos volúmenes que formaban parte de la biblioteca original del Colegio. En el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, anexo al museo, se puede apreciar la Capilla de Nápoles. Construida de 1850 a 1885, debe su nombre por ser recinto de la imagen de la Purísima Concepción, enviada desde Nápoles por la esposa de Felipe V, doña Isabel de Farnecio.






 

martes, 23 de diciembre de 2014

Zacatecas visitándolo de noche

La ciudad está completamente iluminada. En cada esquina las luces dejan ciego al espectador.



 
Se sabe que la ciudad fue fundada el 8 de septiembre de 1546. Juan de Tolosa fue su descubridor quien la había llamado Real de Minas de Nuestra Señora de los Zacatecas.  El Rey Felipe II de España le otorgó para 1588 el título de Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Zacatecas.
En 1993 paso hacer un centro histórico nombrado por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Esto se obtuvo por el tipo de  traza urbana, riqueza arquitectónica y su historia. El 23 de junio de 2010 fue nombrada "Ciudad Heroica" por la LX Legislatura del Poder Legislativo del Estado de Zacatecas y publicado el bando solemne por el ayuntamiento el 10 de noviembre del mismo año.

 
 

El arte culinario de Zacatecas. Los tacos envenenados.

En el centro de Zacatecas y sus al rededores es común encontrar puestos donde se venden los “tacos envenenados”. Se dice que su origen comenzó en la década de los 50´, cuando un taquero promocionaba sus tacos a través de gritos “compre tacos envenenados”.

Los primeros locales comenzaron a surgir por la década de los 50´ y como una fórmula secreta no se daba a conocer los ingredientes con los que se elaboraba el suculento platillo.

Ahora sabemos que el taco envenenado se elabora con una mezcla de fríjol molido, papa, chorizo, queso, chiles, cebolla, y varias especies. Se suele dorar la tortilla en manteca hirviendo para darle un sabor crujiente. Se sirve acompañado con chile toreado, salsa picante roja y limón.  La mezcla entre dulce, salado, picoso y agrio nos deja  con un sabor para poder comenzar con otro, realmente es un manjar al paladar.
A través del tiempo el taco envenenado se comenzó a servir en tortilla blanda.  Después la tortilla dorada se comenzó a presentar en dos variedades que es dorado blando y el duro, este último es preparado con la manteca. La popularidad del consumo de los tacos envenenados se debe especialmente por ser un platillo completo y por otra parte son muy baratos que pueden ser adquiridos por diferentes estratos sociales y económicos.

Una taquería que no debemos dejar de visitar es “El gran taquito”, casi pegado a la vieja terminal de autobuses.