martes, 22 de octubre de 2019

Un paseo a la villita de Guadalupe


Era un domingo, donde me llevaron a pasear a la villa. 

Ese día, mi padrino me tomo de la mano y no me soltaba por miedo a perderme. 

Al estar en la explanada, vi que había unos globeros quienes ofrecían a los niños su producto. 

Yo me emocioné y pensé que me darían uno, pero no, al contrario, se alejó. 

De pronto vi como un niño comenzó a llorar y señalaba el preciado globo que quería, así sus padres le compraron uno. 

Eso me dio la idea de hacer lo mismo, así que comencé a llorar y gritar queriendo un globo. 

El globeros corrió a nosotros; yo señalaba que quería, así mi padrino me compro uno. 

El globeros me lo amarro en la mano y se alejó de nosotros. 

Tenía el preciado regalo, de pronto se me ocurrió cambiarlo de mano y al hacerlo; torpemente, el globo se me soltó; vi cómo se alejaba de nosotros. 

Ya ni para llorar de nuevo. 

Mi padrino me jaloneo, molesto por mi torpeza; yo pensando ¿cómo era posible que el globo pudiera volar?

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